La lucha con la comida… ¿Cómo lidiar con un trastorno de alimentación?
En cada etapa de mi vida conocí a varias chicas que batallaban con su imagen física. Algunas se sentían “gordas” y tenían una gran obsesión por ser cada vez más delgadas. Para mí era fácil juzgar su situación. Por ejemplo: movía la cabeza al notar como se abstenían de alimentos para no subir de peso o cuando decidían comer en pequeñas cantidades para tener “el cuerpo perfecto”, hasta que un día alguien me dijo que estaba gorda… fue así como comenzó mi lucha con la comida.
Génesis 3:31 nos dice que todo lo que creó Dios fue bueno en gran manera. Sin embargo, desde que Adán y Eva desobedecieron, el diseño original de la creación se corrompió. A causa del pecado existen toda clase de males, en este caso los trastornos de la alimentación o también llamados trastornos de la conducta alimentaria.
Existen decenas de trastornos según el manual DSMV. Aquí sólo mencionaré algunos:
Cuando una persona dice “tengo un trastorno”, corre el peligro de justificarse y pensar “alguien o algo externo a mi raciocinio tiene la culpa”. Sin embargo, Juan Calvino mencionaba que el corazón humano es una fábrica de ídolos. Por lo cual, en la mayor parte de los casos, más que un desequilibrio químico en el cerebro, lo que ocurre con un trastorno de alimentación es un exceso de amor propio e idolatría.
Veamos algunos ejemplos:
Para mí, no fue fácil reconocer mi condición pecaminosa delante de Dios. Me era más sencillo culpar a la persona que “provocó” mi lucha con los alimentos. Sin embargo, en Cristo hay esperanza de una vida restaurada y si reconocemos nuestra bancarota espiritual. Si somos sinceros con Dios y en vez de tratar de aparentar que todo está bien, nos arrodillamos y confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad como lo menciona 1 Juan 1:9.
Finalmente para superar un trastorno de la alimentación después de acudir a Dios primeramente, puedes echar mano de los medios de gracia que él mismo provee como:
Si estás luchando con tu alimentación, dale gracias a Dios, porque Romanos 8:28 nos dice: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Por lo tanto, si eres creyente, él está ocupando esta situación para tu bien, para embellecerte más espiritualmente, para arrancar ídolos de tu corazón y hacerte más a la imagen de Cristo. Busca cada día anclarte a las promesas de Dios en su palabra y toma los medios de gracia que Dios ha provisto.
Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos (Salmo 138:8).
Autora: Brenda Pérez