El rencor y el evangelio de Jesús

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Tanto creyentes como no creyentes tenemos el mismo problema. Cuando una persona nos lastima, uno de los sentimientos que aparece casi de forma inmediata es el rencor. Este sentimiento negativo usualmente viene acompañado de resentimiento, enfado, sentimientos de venganza o vergüenza, etc. Todo esto solo empeora la estabilidad emocional y espiritual de una persona dando como resultado un ciclo vicioso, como un círculo perfecto, que mantiene fuera aquellos sentimientos positivos que tanto necesitamos. Pero cuando parece que no hay una respuesta clara en el mundo, vemos que la palabra de Dios tiene mucho que decir al respecto.

Amigo y amiga, Dios quiere que entiendas que el rencor no es ajeno a Él y que, por más distante que parezca, tiene una estrecha relación con Jesús y con su obra redentora en la cruz. Y esto tiene una gran aplicación para ti y para mí hoy día como respuesta a nuestros sentimientos. Permíteme explicarte en los siguientes 3 puntos a lo que me refiero.

1.- El rencor y la ley de Dios

Dios no quiere que guardes esos sentimientos para ti, sino que demuestres el amor que Él te demostró a ti con otras personas. Cuando habló Jehová a Moisés acerca de las leyes de santidad y justicia dejó un versículo para hablar de forma explícita diciendo “no te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18 RVR1960). Y quiero que notes la relevancia de Dios al dejarlo como ley para su pueblo y relacionarlo directamente al segundo mandamiento más importante de amar a tu prójimo como a ti mismo.

2.- El rencor y la obra redentora de Jesús

Quien llevó él mismo (Jesús) nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24, RVR1960). Ahora el perdón de nuestras faltas puede dirigirse a la justicia de Dios gracias a Cristo. ¿Puedes verlo? El rencor es la respuesta humana de nuestras faltas; pero el evangelio, Jesús mismo, es la respuesta divina de Dios para nuestras vidas.

3.- El rencor y el perdón de Dios

El perdón de Cristo es vital no solo porque nosotros lo necesitamos, sino porque también nos exhorta a darlo a otras personas. Así lo leemos en Efesios 4:31,32 cuando dice “sea quitada toda amargura (rencor), enojo, ira… Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros”. No solo eso, también nos invita a compartir el perdón, y mucha atención con la forma en que termina el versículo 32, “…así como también Dios nos perdonó en Cristo”. Como creyentes puede ser difícil, pero debemos acudir a Cristo para lograrlo. En nuestras fuerzas es imposible pero Dios lo hace posible por la obra de Jesús.

Conclusión

Dios no quiere que nuestro corazón cultive sentimientos de rencor o de ira. Y que, más que encerrarnos dentro de ese círculo de sentimientos negativos, Dios quiere mostrarnos que Jesús es la respuesta que necesitamos cuando el rencor aparece. El evangelio es el recordatorio de nuestra identidad en Cristo y el perdón que encontramos en Él.



Autor: Tuxpan Velázquez José Bryan