CUANDO LA INCERTIDUMBRE ATACA

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Todos sin excepción nos hemos enfrentado a momentos de incertidumbre. Nuestro corazón comienza a latir rápidamente, nos tensamos tanto que incluso llegamos a sentir dolor en la parte superior del cuerpo.

Pensar que algo podría salir mal puede afligirnos. Sin embargo, Dios no quiere que vivamos de esta manera y nos da las herramientas necesarias para poder enfrentar la incertidumbre de una manera bíblica para llevar la gloria a Dios.

¿Cómo reaccionas cuando el futuro es incierto?

Imagina que tienes el empleo de tus sueños. De pronto te enteras que están haciendo recorte de personal en tu área; te llama tu jefe con tono serio y te pide ir a su oficina para hablar sobre un tema urgente de la empresa. ¿Qué es lo primero que piensas al ocurrir esta situación? Si eres una persona ansiosa seguramente pensarás que perderás tu empleo, comienzas a preocuparte porque no sabes cómo pagarás la renta, te angustias aún más porque ya no podrás llevar la vida cómoda y tranquila que tenías, quedarás endeudado. ¿Y si nadie te ayuda? ¿Y si tu familia muere y no hay nadie que te apoye?

Solo pensar en la posibilidad de que ocurriera algo similar ¿te causa mucha preocupación? ¡No dejes que tu imaginación te atemorice!

Charles Spurgeon decía: “La vara de Dios no nos castiga tan severamente como lo hace nuestra propia imaginación”.

El poder de la imaginación

Dios nos ha dado la capacidad para pensar e imaginar para su gloria, sin embargo, a raíz de la caída de la humanidad mencionada en Génesis 3, nuestra mente puede ser ocupada como una herramienta de Satanás para debilitarnos.

¿Has considerado que el 99% de las tragedias que imaginamos no ocurren? Sin embargo, pensar en eso nos quita tiempo, nos atormenta y nos hace dudar de la bondad de Dios.

Respecto a esto, el predicador Spurgeon mencionó en uno de sus sermones: “Muchos del pueblo de Dios viven constantemente bajo pensamientos de calamidades que nunca pasarán. En su imaginación hay ríos en su camino y están ansiosos por saber cómo cruzarán o atravesarán nadando. No existen tales ríos, pero se angustian con ellos”.

El valor de tu vida en Cristo

En el sermón de monte el Señor Jesucristo da una excelente cátedra sobre la importancia de hacer tesoros en el cielo (Mt 6:19-21), ver las cosas terrenales con la misma mirada con que las ve Dios Padre (Mt 6:22-23) y no vivir para los bienes materiales, pues es imposible servir a Dios y a las riquezas (Mt 6:24). En ese contexto el Señor Jesucristo recalca la importancia de no afanarse por nuestro futuro, por lo que comeremos o vestiremos (Mt 6:25-34).

En este texto, la palabra afán se repite 5 veces en sus diversas conjugaciones. ¿Por qué nos pide no afanarnos? Porque Él tiene cuidado de nosotros.

Reconociendo la bondad de Dios

La siguiente frase podría parecer dura si eres un creyente maduro, pero lo cierto es que tememos a lo desconocido porque dudamos de la bondad de Dios. Aunque no nos atrevemos a decirlo de palabra, en nuestro corazón pensamos que Dios no tiene el control, que Dios se agrada en vernos sufrir y llorar, que si no suceden las cosas como esperamos es porque Dios nos olvidó o está ocupado en otros asuntos.

Estos pensamientos por supuesto, vienen del enemigo y necesitan ser eliminados, pero ¿cómo lograrlo? La respuesta está en el evangelio.

Cuando la incertidumbre te agobie piensa en la cruz de Cristo, el dolor por los clavos atravesando sus manos y pies, la sangre brotando de su cabeza por la corona de espinas y el insoportable dolor de la ira de Dios recayendo sobre Él por tus pecados y los míos.

¿Crees que alguien que se dio por amor a ti de esa manera te abandonará?

Cristo sufrió el abandono del Padre por tus pecados para que ni tú, ni yo nunca más experimentáramos esa sensación de abandono.

¿Y qué pasa si al final ocurre lo que tememos?

Elyse Fitzpatrick en el libro “Venciendo el temor, la preocupación y la ansiedad” menciona:

“Aun cuando Dios te llame a enfrentar algo aterrador, ya sea tu propia muerte, una tragedia en tu familia o alguna dificultad, entonces y sólo entonces Él te dará la fortaleza para vivirlo (…) No necesitas el “boleto” de la fortaleza de Dios para un tren que no llega o quizá nunca llegue.”

En conclusión, cuando la incertidumbre ataca, lo mejor que podemos hacer es recordar lo que Jesús hizo en la cruz y entonces y solo entonces dejaremos de dudar de la bondad de Dios y descasaremos en su amor.



Escrito por: Brenda Pérez